OID EL RUIDO DE GRUESAS CADENAS

Un proceso revolucionario no tiene principio ni fin, no tiene un camino trazado ni una meta prediseñada. Es un movimiento en constante devenir, que nunca se detiene y esa es su inmanencia. Quien revoluciona no quiere tomar el poder establecido para estratificarse y ser funcional a la burocracia. Se mueve colectivamente impulsando, construyendo mundos, nuevos mundos, habitando nuevas existencias articuladas, produciendo nuevas maneras de ocupar el espacio tiempo. Moreno, Belgrano, Castelli, Artigas, Berutti, French y San Martin , sólo por resaltar algunos, encarnaban ese espíritu revolucionario cuya herramienta maquinica producía deseo de cambio permanente como modificador de la realidad colectiva y singular. Pensaban y se sentían herederos de lxs auténticxs esclaviz...