PRIVACIDAD EXPROPIADA

PRIVACIDAD EXPROPIADA

Padecemos sin darnos cuenta el saqueo cotidiano de nuestra energía vital, ya sea material o emocional por parte de un nuevo orden económico mundial que necesita nuestra experiencia humana como materia prima gratuita para fines comerciales ocultos manipulado a través de las   tecnologías de la información y la comunicación, nuevas mediadoras de la participación social.  Se trata de una lógica económica parasitaria en la que la producción de bienes y servicios están subordinados a una nueva arquitectura global de modificación del comportamiento social, incentivado por la adicción a las redes sociales.  ¿ Cómo opera esta lógica?:  Por medio de una economía de la vigilancia, registrando todas nuestras acciones cotidianas,  los cuales proveemos gratuita y amablemente. Luego todos esos datos son recopilados y organizados por Google, Facebook, etc, registran nuestras fechas más importantes, nuestros hábitos cotidianos,  nuestros  deseos,  etc, etc, etc . Esta organización y distribución de datos puede predecir acerca de lo que podemos llegar a consumir, dónde podemos concurrir, qué actividades lúdicas podemos hacer y hasta que propuesta elegir en las elecciones. Luego toda esa info en forma de paquete  es  vendida a las grandes compañías multinacionales de bienes y servicios quienes procesan y  se encargan de llegar a nuestros correos electrónicos, perfiles de redes etc para ofrecernos “amigablemente y en forma personalizada “ aquellos objetos que deseamos. Shoshana Zuboff, desde Harvard nos  dice: “… de esta manera se plantea el origen de un nuevo poder instrumental que afirma el dominio  absoluto sobre la sociedad y presenta desafíos sorprendentes para la democracia de mercado. Un movimiento desde arriba hacia abajo que pretende imponer un nuevo colectivo de formas de vestir, y de consumir objetos y servicios iguales para todos. Esto simplemente es una expropiación de nuestra propia soberanía individual y también el derrocamiento de nuestro sentimiento como pueblo”. 

O sea una EXPROPIACION A LA PRIVACIDAD.

                                    JUAN JOSE DELIBERTO