LA SUBJETIVIDAD MENDOCINA
LA SUBJETIVIDAD MENDOCINA
ENTRE 1966-1972
JUAN JOSE DELIBERTO

1. INTRODUCCIÓN
Tratar
de comprender la historia, es adentrarse en ciertos procesos tanto colectivos
como individuales del ejercicio del poder y su influencia en las relaciones
interpersonales y grupales. Aprehender la historia no es sólo elaborar una
cronología exacta de fechas y acontecimientos, sino desenredar la maraña de
intereses “ocultos” por el “relato” de quienes ejercen el poder y cuya trama se
desarrolla en la vida cotidiana. Pero también se trata de comprender los
“silencios” de los más débiles que sufren las consecuencias de la desigual
relación de poder. El poder se extiende a través de una organización reticular
donde transitan individuos en relación; muchos que lo padecen y pocos que lo
ejercen arbitrariamente.
En ese marco de relaciones desiguales se va construyendo
un sujeto mendocino que pone en disputa la imagen tradicional y oficial de una
Mendoza pujante y equilibrada tal como
se exponía entre los años 1966 y 1973.
La mayoría de los mendocinos sufría de diversas formas la aplicación de
un poder autoritario, soberbio y excluyente de las necesidades de las mayorías.
Se comenzaban a forjar las raíces que luego darían sus frutos atroces a partir
de 1976 conformando integralmente lo que O Donell llamaría: Estado burocrático
autoritario.
Los
tentáculos de ese poder autoritario abrazaban a todo el país, incluida Mendoza.
Siempre el relato procedente de las
clases acomodadas ha penetrado capilarmente la estructura cultural del pueblo
mendocino, y desde diversos dispositivos ha sido gestionado en todas las manifestaciones
de la micropolítica. Entonces perdura esa imagen de la Mendoza conservadora,
tranquila y muy pujante cuya excedente económico desborda hacia todos.
En esta pujanza del “inmigrante europeo” radica la riqueza de estas tierras y
la nobleza del trabajo. Poderosos bodegueros y productores agrícolas,
“ilustres” políticos y figuras “influyentes” del quehacer social y cultural
constituyen una historia “for export”.
Sin embargo, ríos caudalosos de
experiencias de vida y lucha subyacen por los márgenes del relato instituido. Experiencias marcadas por
el sufrimiento y la carencia se hace carne en los cuerpos explotados,
silenciados y humillados. La Mendoza de las miserias de los barrios hacinados,
la Mendoza de la precariedad de los trabajadores de la tierra, el desprecio por
los maestros y la indiferencia para la inmensa mayoría de los trabajadores.
Las relaciones asimétricas siempre
revelan situaciones de conflicto permanente que se alimenta dentro de una olla
de presión social y con un pequeño detonante explota: así nació El Mendozazo de 1972.
Rupturas y continuidades se daban en el
mundo y en la Argentina.
2. GEOPOLITICA INTERACTIVA
El
mundo muy convulsionado hacia 1960, importantes cambios se impulsan desde abajo
hacia arriba. Varias
regiones experimentan cambios radicales. Desde el movimiento Hippie a la
revolución cultural desde la música y el arte en general hasta la política. La
Revolución cubana y la impronta singular del “Che” Guevara hacia todo el
planeta. Los revolucionarios sucesos del Mayo Francés (1968), la Primavera de
Praga, el Otoño caliente italiano, la guerra de Vietnam y los procesos de
descolonización en el África con Mandela en la cárcel. Hechos políticos, aunque lejanos, contribuían
a la percepción de que se estaban viviendo momentos de transformaciones
históricas. Convocatorias populares
masivas. Líderes representativos dispuestos a luchar junto al pueblo: Malcom X,
Martin Luther King, Angela Davis, el movimiento estudiantil francés con uno de
sus líderes: Alain Geismar, que expresa lo siguiente:
“Fue
un movimiento que no puede juzgarse de forma aislada, sin tener en cuenta
acontecimientos como las protestas contra la guerra de Vietnam, la lucha por
los derechos civiles, el Verano del Amor en EEUU o la Primavera de Praga en
Checoslovaquia. El caso es que una protesta de estudiantes e intelectuales fue
acompañada de un
tremendo movimiento social, con 10 millones de huelguistas”.[1]
En América Latina, la Revolución Cubana desde 1959 y
el triunfo de la Unidad Popular con Salvador Allende en Chile en 1970 mostraban
dos vías distintas para delegar poder verdadero en el pueblo. Se dibujaba en el horizonte la idea de que la
revolución era posible.
En
definitiva, un momento de crítica al colonialismo, al autoritarismo, al conservadurismo
y a la indiferencia de los poderosos frente a un despertar de jóvenes que no
querían más de lo mismo. En nuestro
país, podemos mencionar algunos antecedentes importantes de manifestaciones
populares que aportaron su granito de arena a la comprensión del pueblo
mendocino de que la lucha en la calle era la herramienta formidable de
recuperar conquistas perdidas y otorgar poder real al pueblo en su conjunto.
Veamos que ocurría entre 1969 a 1972: todas
puebladas insurreccionales:
·
el Ocampazo (enero-abril de 1969): fue
una importante revuelta
social sucedida en el año 1969
en la ciudad de Villa
Ocampo,
Santa
Fe. Se trató de una huelga obrera que derivó en una
pueblada en defensa de la histórica y principal fuente de trabajo de la ciudad,
el Ingenio Arno.
·
el Correntinazo (mayo de 1969): fue un movimiento de protesta que incluyó
manifestaciones y huelgas realizadas en la ciudad de Corrientes, Argentina. Se
produjo en un clima de tensión generalizada contra el gobierno militar de facto
liderado por Juan Carlos Onganía.,
·
el primer Rosariazo (mayo de
1969): El
16
de mayo, a causa de la inquietud producida por el repudio a
los sucesos de Corrientes en la Facultad de Medicina, el rector de la Universidad Nacional de
Rosario decidió la suspensión de las actividades durante
tres días. Los estudiantes se congregaron en el Comedor Universitario, desde
donde marcharon por el centro de la ciudad. Mientras
tanto, desde la Capital Federal
se anunció que se habían despachado refuerzos policiales a Corrientes y que la Gendarmería Nacional
de Formosa
estaba acuartelada en previsión de acontecimientos similares. Al día siguiente,
un grupo de unos 400 estudiantes se reunió nuevamente frente al Comedor
Universitario, lanzando volantes y haciendo estallar artefactos
de estruendo. La policía reprimió la manifestación
que coreaba "Acción, acción, acción para la liberación". Un
periodista describió así los eventos:
"Un grupo de estudiantes,
perseguidos por la policía, corre por la calle Corrientes hacia el sur y dobla
por Córdoba, desde Entre Ríos aparecen más policías disparando sus armas. Los
estudiantes y decenas de sorprendidos transeúntes quedan encerrados… Algunos
estudiantes junto a una docena de paseantes —incluidos varios niños— ingresan a
la Galería Melipal. El lugar tiene una sola boca de entrada y salida, por lo que
otra vez quedan atrapados a merced de los guardias.
Los agentes ingresan al edificio y reanudan la golpiza. Entre los policías se encuentra el oficial inspector Juan Agustín Lezcano, un ex empleado de la boite Franz y Fritz. La gente trata de evitar como puede la lluvia de golpes: se escuchan súplicas, llantos y alaridos. En medio de la confusión suena un disparo. Cuando la policía se repliega queda en el suelo, junto a la escalera que lleva a los pisos superiores, el cuerpo de Adolfo Bello con la cara ensangrentada".
Los agentes ingresan al edificio y reanudan la golpiza. Entre los policías se encuentra el oficial inspector Juan Agustín Lezcano, un ex empleado de la boite Franz y Fritz. La gente trata de evitar como puede la lluvia de golpes: se escuchan súplicas, llantos y alaridos. En medio de la confusión suena un disparo. Cuando la policía se repliega queda en el suelo, junto a la escalera que lleva a los pisos superiores, el cuerpo de Adolfo Bello con la cara ensangrentada".
Reynaldo Sietecase, citado en
Ceruti & Sellares 2002
- · el Salteñazo (mayo de 1969): fue una insurrección popular sucedida en la ciudad de Salta, Argentina, entre el 21 y el 25 de mayo de 1969. El estallido se inició con una huelga de estudiantes secundarios, que bloquearon con pegamento las puertas de ingreso a los establecimientos educativos para concentrarse en la plaza principal, frente a la casa de gobierno, para exigir la renuncia de Hugo Alberto Rovaletti, designado para hacerse cargo de los poderes ejecutivo y legislativo luego de la muerte del anterior gobernador. Con apoyo sindical y de la población, y armados con naranjas y barricadas, los estudiantes y obreros enfrentaron a la policía y tomaron el centro de la ciudad durante unas horas.
- · el primer Cordobazo (mayo de 1969): El 29 de mayo de 1969, la clase obrera, los estudiantes y el pueblo pobre de Córdoba llevaron a cabo una semi-insurrección obrera y popular que hirió de muerte a la dictadura de Juan Carlos Onganía y puso en vilo a la sociedad burguesa. Ese día, en que la clase obrera se alzó como caudillo del pueblo oprimido, se abrió un proceso revolucionario que solo podrá ser cerrado con el golpe genocida de 1976. El Cordobazo fue precedido por una serie de movilizaciones estudiantiles y obreras cuyos puntos más altos son las manifestaciones de los estudiantes en Corrientes donde cae asesinado Juan José Cabral, y en Rosario los jóvenes Bello y Blanco lo que provoca el levantamiento obrero conocido como el primer Rosariazo.
El 29 de
Mayo la ciudad amanece con un paro general convocado por la CGT, que en Córdoba
se lleva a cabo por 36 horas y mediante una movilización hacia el centro de la
ciudad. La eliminación del sábado inglés incentiva la oposición obrera. La
movilización estuvo claramente encabezada por las columnas de los sindicatos
(SMATA, Luz y Fuerza, UOM, UTA) que avanzan hacia el centro de la ciudad. Se
movilizan de 3.000 a 4.000 obreros de IKA a la que se suman 1.000 metalúrgicos.
También marchan los obreros de combativas fábricas como Perdriel, ILASA, y
Perkins, así como de IME y la Fiat (aunque no organizados) también
participaron. En el caso de Luz y Fuerza la columna había reunido a 1.000
trabajadores mientras que los empleados públicos, bancarios, judiciales,
municipales y de comercio también fueron de la partida.
Junto a los
obreros industriales, la otra fuerza social movilizada en importancia es la de
los estudiantes universitarios que resisten en el Barrio Clínicas. La unidad
obrera estudiantil fue una de las claves de la jornada y un signo de la época.
·
el primer Tucumanazo (mayo de 1969),
Se
conoce como Tucumanazo a cada una de las tres puebladas insurreccionales
ocurridas en la ciudad de San Miguel de Tucumán, capital de la Provincia de
Tucumán en la región noroeste de Argentina, entre 1969 y 1972. La provincia de
Tucumán fue una de las más afectadas con las medidas de Onganía dentro del
conjunto del país. El cierre de 11 ingenios tras su intervención en 1966, la
intervención en la Universidad Nacional de Tucumán, y otras disposiciones de la
dictadura golpearon duramente en la estructura social, económica, política y
cultural de la provincia, convirtiéndose en una de las de mayor número de
movilizaciones y alzamientos tanto urbano como rural, en una combinación de
sectores que podría caracterizarse como una alianza obrero – estudiantil.
·
el segundo Rosariazo (septiembre de
1969),: La
dictadura militar de 1966, tras intervenir "La Unión Ferroviaria",
anuló convenios y conquistas, produjo rebajas de categorías y de sueldos,
116.000 empleados y obreros fueron sancionados. El 8 de septiembre de 1969, el
Cuerpo de Delegados de la Seccional Rosario del Ferrocarril Mitre y la Comisión
Coordinadora de la Unión Ferroviaria comunicaba que "se iniciaba una
huelga de brazos caídos en los lugares de trabajo", tras la suspensión de
un delegado administrativo. Pararon ese día los Talleres de Rosario, Pérez,
Villa Diego, y personal administrativo. Por la noche en una masiva asamblea se
decidió continuar la huelga, esta vez por 72 hs., con la adhesión de La
Fraternidad, y la medida se extendió a las Seccionales de Arroyo Seco, Empalme,
Villa Constitución, San Nicolás, Cañada de Gómez y Casilda.
La empresa anuncio suspensiones, la CGT Rosario se declaro "en estado de alerta y convocó a un plenario", mientras los delegados declararon "la huelga por tiempo indeterminado" a partir del día 12. La solidaridad del resto de los ferroviarios se extendió por todo el país. La dictadura a través del CONASE (Consejo Nacional de Seguridad), ordenaba la aplicación de la "Ley de Defensa Civil", por lo cual todo el personal ferroviario era movilizado, con convocatoria militar y les sería aplicado el Código de Justicia Militar.
La empresa anuncio suspensiones, la CGT Rosario se declaro "en estado de alerta y convocó a un plenario", mientras los delegados declararon "la huelga por tiempo indeterminado" a partir del día 12. La solidaridad del resto de los ferroviarios se extendió por todo el país. La dictadura a través del CONASE (Consejo Nacional de Seguridad), ordenaba la aplicación de la "Ley de Defensa Civil", por lo cual todo el personal ferroviario era movilizado, con convocatoria militar y les sería aplicado el Código de Justicia Militar.
·
el Cipolletazo (septiembre-octubre de 1969): fue una pueblada que ocurrió entre el 12 y 17
de septiembre de 1969 en la localidad de Cipolletti,
Río Negro.
Durante la dictadura de Juan Carlos Onganía,
la comunidad cipoleña salió a las calles en defensa del jefe comunal Julio
Dante Salto, ya que el gobierno militar de la provincia, el ingeniero Juan
Antonio Figueroa Bunge, quería expulsarlo de su cargo. Una de las razones por
las que el gobierno provincial de facto quería destituirlo fue que el
comisionado local cuestionó la aprobación de un proyecto para construir un
puente sobre el río Negro,
a la altura de Paso Córdova, y pavimentar la ruta
6 hasta San Carlos de Bariloche.1
Ante esta situación, miles de personas salieron a las calles a manifestarse a
favor del intendente de la ciudad. Luego de dos días de manifestaciones, se
llegó a un acuerdo al nombrar un interventor.
·
el Choconazo (febrero-marzo
1970): fue una
protesta social masiva que ocurrió entre la segunda quincena de diciembre de
1969 y los últimos días de marzo de 1970.1
Los obreros que estaban construyendo la represa de El
Chocón-Cerros Colorados sobre el río Limay,
en la provincia del Neuquén,
Patagonia argentina,
iniciaron dos huelgas y contaron con el apoyo general de la población. Llegaron
obreros de todo partes de Argentina y de países limítrofes quienes construyeron
la Villa temporaria que fue utilizada como vivienda de un selecto grupo de
capataces y obreros especializados junto a sus familias, mientras el resto de
los trabajadores considerados menos calificados o "golondrinas"
provenientes del norte del país, o de países limítrofes (Chile, Bolivia, Paraguay)
padecía condiciones de vida infrahumanas sumado a las pésimas condiciones
laborales, se trabajaba 12 horas por día teniendo el día domingo libre. 4
La máxima cantidad de
obreros fue de 3.000, trabajaban de 8 a 20 y de 20 a 8 h, más el turno de franco;
En relación
a la mortalidad en "comparación" con otras obras de la época el promedio fue ínfimo.
Sigue la lista de
rebeliones populares a lo largo y ancho del territorio argentino con el segundo tucumanazo (noviembre de 1970),
el Catamarqueñazo (noviembre de 1970), el segundo Cordobazo o Viborazo (marzo de 1971), el Casildazo (marzo de 1971), el Jujeñazo (abril
de 1971), el Rawsonazo (marzo de 1972 el Quintazo (junio de 1972), el Rocazo (julio de 1972), el Animanazo (julio de 1972) y el Trelewazo (octubre de 1972) y muchos
asesinatos de manifestantes.
3.
RUMBO AL MENDOZAZO de 1972.
Es
importante entender la rebelión mendocina de 1972 como detonante histórico de
numerosas y antiguas situaciones de desigualdad.
Desde casi un siglo hacia atrás los trabajadores y sectores más
empobrecidos claman por justicia. Cerca de mil peones rurales que tendían las
vías del ferrocarril producen la primera huelga en la provincia en 1890 en la
zona de Uspallata. Simplemente reclamaban mejoras en sus condiciones laborales
y denunciaban abusos patronales: ¿cambió
algo?.
El
Gobierno Lencinista, en los años 20,
había impulsado leyes socio- laborales, para canalizar la desigualdad:
Jornada de ocho horas de trabajo sancionada antes que fuera regulada
internacionalmente: Logro exclusivo de
las luchas sociales de los trabajadores.
Esta es la otra
Mendoza, sufriente, luchadora y ocultada
a lo largo de su historia.
Continuamos
transitando algunas líneas de fuga con respecto a la “historia oficial” que
siempre nos contaron.
Llega 1955, luego del primer gobierno
peronista que amplió los derechos sociales y económicos de los trabajadores,
comenzaba a palpar la crisis y el aumento de la tensión social porque esos
derechos conquistados estaban en peligro. Ambiente propicio para desencadenar
un fuerte golpe de Estado que persigue al líder Juan Domingo Perón,
bombardeando Buenos Aires matando muchos inocentes que simplemente transitaban
por la ciudad. Tal como expresa en una de sus estrofas el músico Charly Garcia:
“No bombardeen buenos aires No nos
podemos defender.
Los pibes de mi barrio se escondieron en los caños”[2]
Los pibes de mi barrio se escondieron en los caños”[2]
Con la toma del poder por la fuerza de la
autodenominada “Revolución Libertadora”, se decreta la proscripción del peronismo. Se corta la bonanza económica de los
trabajadores y el empresariado busca vincularse al
capital financiero internacional desmantelando la estructura industrial que
genera trabajo y riqueza para el país. Quieren “modernizarse” adaptándose a las
nuevas reglas del mercado. Cambia la organización del trabajo y la producción,
incorporando nuevas tecnologías,
maquinarias y desocupando mano de obra, o sea una ecuación perfecta: menos trabajadores por más tiempo de trabajo
para dar más producción pero con el mismo valor salarial.
Impulsan medidas estrictas de racionalización
y disciplinamiento en los ámbitos laborales y también sociales. Es decir
represión física y moral mediante un discurso hegemónico y excluyente dirigido
hacia quienes se opusieran al nuevo modelo
de ajuste y acuerdo con los Organismos Financieros Internacionales tomando deuda.
Es
lógico pensar que dentro de este contexto social y económico con un pueblo
estudiantil y trabajador con alta conciencia política y compromiso social – tal
como sucedía en el resto del mundo – reaccionaría con rebeliones,
manifestaciones y reclamos por doquier. Comienza a configurarse un especie de
estado asambleario dentro de todas las organizaciones obreras y estudiantiles
en toda la geografía provincial y con distintas estrategias: la lucha armada, el reclamo pacífico, huelga
general, ollas populares etc. A lo largo
del tiempo se fue conformando un combo inflamable y muy peligroso para los
sectores dominantes que intentaban calmar el malestar social con medidas
represivas y ajustes intermitentes:
·
Violencia estatal en las Universidades con “la noche de los
bastones largos”,
·
Intervención forzada a las entidades gremiales,
·
Encarcelamientos de líderes sociales y gremiales, etc, etc.
La
dictadura trata de sofocar la “radicalización de la protesta” que se hace carne
en los cuerpos protagonistas y se afirma en la lucha.
Buscar
acuerdos urgentes para llamar a elecciones aparece como una alternativa viable,
pero siempre con la exclusión del peronismo: protagonista político principal en
ese entonces.
Solo surgen gobiernos
legítimamente elegidos pero con escasa
representación política posibilitando rupturas del orden constitucional: golpes
de Estado.
Asimismo
se advierten cierta continuidad en la represión y el ajuste: Plan Conintes, que permitía la intervención de las FFAA para
sofocar y reprimir cualquier tipo de reunión opositora, protestas o
movilizaciones.
Estalla el Cordobazo, el 29 de mayo de 1969,
tambalea el Gobierno de Onganía.
Mientras
tanto en Mendoza cientos de estudiantes son
reprimidos con gases en pleno centro de la ciudad.
En enero de 1970 se desata un aluvión que arrasa muchas
viviendas precarias e inunda de lodo el centro, la Mendoza
“pulcra” actúa de inmediato para solucionar este terrible momento. Queda expuesta la grave situación de las
zonas “marginadas” muy cerquita del coqueto centro.
Marzo de 1971. Fiesta de la
Vendimia. Un ambiente acorde de alegría y glamour será cuestionada por una
gran manifestación de las villas
inestables. Obreros, estudiantes, desocupados, organizan su “propio carrusel”
del hambre y la impotencia. Por primera vez irrumpen en una ciudad que les es
ajena y agravian una fiesta que consideran hipócrita.
Las manifestaciones contra la
dictadura fueron aumentando hacia marzo del 71.
Muchos sectores profundizaron sus cuestionamientos y exigencias al
gobierno provincial multiplicando las medidas de fuerza. No era solo una
cuestión de intensidad y radicalidad sino que además comenzaban a darse pasos
firmes hacia una articulación concreta
cuyo punto más alto de unidad y exposición en la calle sería, “el Mendozazo”.
3.1 EL CUERPO EN LA CALLE
Los
estudiantes secundarios y universitarios, de establecimientos públicos y
también privados, fueron actores clave.
Mediante
asambleas unificadas exigían el fin de los exámenes de ingreso y formaron
comisiones de lucha para eso. Este reclamo llevaba de fondo un fuerte
cuestionamiento a las políticas educativas de la dictadura. Las pancartas y
cánticos escuchados en las numerosas movilizaciones denunciaban que «La
limitación perdura por obra de la dictadura», a la par que se declaraban «Por
el libre acceso a la cultura», y «Por una Universidad del pueblo, en una patria
liberada».
Tomaron
las facultades y el rectorado, cuyos edificios se encontraban en su mayoría en
el centro de la ciudad. Los enfrentamientos con la policía era permanente y por
lo tanto duramente reprimidos. Inventos de procesos judiciales para los
estudiantes por el sólo hecho de protestar en la calle. Cuerpos reprimidos.
El
espíritu crítico de los estudiantes no cesaba de ninguna manera. Muchos
colectivos sociales politizados contribuían a la lucha: abogados defensores de
presos políticos, curas tercermundistas, artistas populares y periodistas. También
algunas organizaciones armadas y numerosas experiencias de organización
vecinal de los barrios populares componían este gran movimiento mendocino. Cuerpos que resisten.
Importante
trabajo social realizaron los vecinos, estudiantes y curas tercermundistas a
través de la Cooperativa Integral del Barrio San Martín. Eran espacios
de articulación para quienes la historia
de esa Institución resultaba una referencia ineludible. A través de
movilizaciones, los vecinos trasladaban sus reclamos de la periferia urbana al
centro mismo del poder político. Desde una Coordinadora Intervillas, se
llevaron adelante acciones que resultaban intolerables para las clases
acomodadas, como por ejemplo pasearse en plena vendimia frente al Plaza
Hotel (actual Hyatt) o a la tradicional u.v.e.x.p.o (feria del vino) en carros destartalados. Paulatinamente, a partir de
problemas comunes como la desocupación y el aumento del costo de vida, las
organizaciones barriales fueron articulando su accionar con los sectores
combativos del movimiento obrero.
Por
aquellos años, aproximadamente la mitad de los conflictos obreros fueron
protagonizados por trabajadores del Estado, frente a los cuales los gobiernos
provinciales respondieron ignorando las reivindicaciones, declarando ilegales
las medidas de fuerza o reprimiendo. Así, la escena pública fue ocupada,
principalmente, por los sufridos trabajadores de la educación.
Cuerpos en ruptura.
4. ¿DÓNDE QUEDÓ TODO?
La lucha popular
colectiva como individual constituye el firme compromiso de exponer la
corporeidad humana en función de bienes comunes.
La acción tiene
relación directa con el cuerpo y el cuerpo mismo es acción.
El cuerpo
mendocino que se rebelaba ante la injusticia fue objeto de represión, manipulación,
sometimiento y explotación por quién detenta o ejerce el poder desde arriba
hacia abajo.
Las célebres maestras del mendozazo son un ejemplo: soportaron el agua
teñida de tinta, los gases, las bombas y los golpes de la policía sobre sus
cuerpos.
Los múltiples y
valientes cuerpos de obreros que
caen heridos al suelo frente al atropello policial. Muchos heridos y muertos,
sin embargo las columnas de trabajadores y vecinos crecían movilizadas.
Miles de estudiantes enarbolando las banderas de
la libertad, de la democracia y de la igualdad frente a un Estado burocrático
autoritario.
El Mendozazo como un proceso de la lucha de los más
desposeídos se ha fundido en la conciencia histórica de Mendoza y continúa
latente en cada uno de los cuerpos explotados, sometidos a la injusticia
social.
En un rincón de
nuestra memoria colectiva aún permanece y se agita en el presente cuando piden
salarios dignos, mejores condiciones de trabajo, menos ajuste para los más
pobres, oportunidades para todos, cuando los estudiantes reclaman organizados,
cuando la protesta se hace carne en la defensa de nuestros recursos más
vitales. Es ahí donde anida el espíritu de ese Mendozazo que marcó toda una
época y que en su dinámica se pueden leer todos los sucesos que acontecieron
entre 1966-1973.
BIBLIOGRAFÍA:
Álvarez,
Yamile (2009). Las reformas
posconciliares y su impacto en Mendoza: el grupo de los 27 y el Movimiento de
Sacerdotes para el Tercer Mundo. XII Jornadas Interescuelas/Departamentos de Historia.
Departamento de Historia, Facultad de Humanidades y Centro Regional
Universitario Bariloche. Universidad Nacional del Comahue, San Carlos de
Bariloche, 2009.
Colectivo Fantomas (2012). EL
MENDOZAZO Herramientas
de rebeldía. El Mendozazo: herramientas de rebeldía / M.
Florencia Bertolotti… [et.al.]; con la colaboración de Sebastián Castro…
[et.al.]. – 1ª ed. – Mendoza: Editorial de la Universidad Nacional de Cuyo, Ediunc,
2012.
Deleuze,
Gilles (2010): Foucault: Paidós, Madrid.
Nietzsche,
Friedrich (1988): De la utilidad y los inconvenientes de la historia para la
vida: Península, Barcelona.
O¨Donell,
Guillermo (1982) El ESTADO BUROCRATICO AUTORITARIO: Triunfos, derrotas y
crisis. Editorial de Belgrano. Bs As.
[1]
Entrevista brindada a la revista “el mundo”. https://lab.elmundo.es/mayo-del-68/alain-geismar.html
[2]
Letra extraída del tema musical de su autoría, referida al golpe de 1955: “No
bambardeen Buenos Aires”.
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