HACER VIVIR O DEJAR MORIR

 

135.000 muertos en Argentina…

 HACER VIVIR O DEJAR MORIR

¿That is the question?

  Dilema que es necesario resolver en tiempos de Pandemia.

Según datos oficiales "baja" la cantidad de contagios en este contexto

particular de la Argentina (año electoral). Pero a su vez, la cantidad de muertxs por COVID-19 no desciende.

¿Porqué? ¿Dónde se deposita la responsabilidad? ¿Acaso en las políticas públicas? ¿En cada ciudadanx? ¿O simplemente en nadie? ¿Serán sólo acontecimientos del destino imposible de escapar?  ¿O sucesos que quizás se podían prevenir o evitar?

La tanatopolítica produce políticas y efectos que descarga sobre cada unx de todxs nosotrxs responsabilizándonos de sus resultados. Por ejemplo: Lxs muertxs por COVID-19 como hechos o acontecimientos del destino.

Pero el objetivo de la tanatopolítica consiste en deshacerse de grandes grupos poblacionales sin que eso parezca una intención deliberada. Y así padecemos:

1. El desmantelamiento histórico en los servicios esenciales para curar, sanar y hacer vivir.

2. La imponente lógica de muerte:  bueno se morirán. 

3. La habilitación de espacios y actividades prescindibles para la subsistencia pero que generan mucha resonancia en contagios.

El poder neoliberal, en estos tiempos, siempre es productivo. Su propósito es sostenerse en el tiempo y ser aceptado, no es solamente esa fuerza que dice no, que impone, prohíbe y reprime.

El poder produce deseos, induce placer, forma saber, fabrica discursos. Hay que considerarlo como una red productiva que atraviesa todo el cuerpo social e individual.

El italiano Giorgio Agamben dice que la tanatopolítica es un modelo de un campo habitado por los homos sacer (aquellos que son prescindibles, los que no valen ante la ley) y se hace vivir mediante el control del conocimiento técnico de ciertas poblaciones (fuerza vital para explotar,) mientras se deja morir a otras (fuerza vital agotada). Dependiendo de la elección que hace el Estado de quienes valen y quienes no valen.

El sueño de Thanatos (Dios de la muerte en la mitología griega) en esta amenaza viral, no es otro que el de crear una forma más efectiva, si cabe, de necropolítica. Una que termine por someter del todo a los sujetos al poder de los mercados respaldados por la eterna genuflexión del Estado, a la vez que acabe con esas vidas que, para este, están de más. 

Desde diversos lugares se puede combatir esta forma de gestionar muerte, incluso desde la misma política, con herramientas de reflexión crítica y acción contundente para obturar su reproducción.

Sólo es posible con sincero compromiso "político" tanto individual como colectivo.

Pero será imposible si persisten las miradas obtusas de los privilegiados y militantes aplaudidorxs que celebran el éxito "personal" de lxs "mismxs de siempre". Esxs mismos que esquivan el debate y una verdadera construcción colectiva de la democracia.

That is the question…

Hacer vivir o dejar morir.