¿¿MERCADO POR DEMOCRACIA??
MERCADO POR DEMOCRACIA
¿Se puede mejorar una democracia cooptada por intereses corporativos contenidos en pequeños grupúsculos partidarios devenidos en eficientes máquinas electorales con características de mercado?.
La verdadera democracia, como canal de múltiples encuentros, de agenciamientos en la diversidad real, de luchas mancomunadas por más libertad y mejor vivir, ha sido arrasada y vaciada por un paradigma que decodifica la vida a través de las leyes del mercado. Tan es así que una campaña electoral resulta ser sólo una copia fiel de un comercial de televisión. Las candidaturas de los políticos se ofrecen sonrientes en las góndolas del mercado electoral prometiendo “ilusiones” que se desvanecen en el mismo instante de emitir el sufragio.
Qué valor tiene el sufragio? Ninguno. Sólo perpetuar el Status Quo mediante la obligación de la “Ley”.
Dice Franco Berardi, importante filósofo político italiano: “yo no soy un adorador de la ley, no creo que la ley sea la solución de los problemas sociales. La solución está en la sociedad misma, la cultura, la cortesía, la comprensión y de muchas otras cosas, no la ley”. Esta mirada está comprobada en los hechos cotidianos de nuestro vivir: violencia, desigualdad, fragilidad del sistema de representación, etc.
Nos deberíamos preguntar: ¿ quién o quiénes mejoran sus vidas con un sistema cómo este?.
A partir de la respuesta considerar si la democracia que tenemos es real o sea que afecta potencialmente mi existencia o sólo es formal, o sea sólo se cumplen los protocolos que la “Ley” impone?.
Si es la segunda opción, esta democracia se transforma en una ficción que revive un momento cada dos años.
La democracia como opción popular mediante el voto va perdiendo fuerza, así también pierde las formas de producir nuevos encuentros que generen alternativas reales nutridas de autogestión comunitaria. La autogestión como forma alternativa de la representación. La autoafirmación como resistencia a la dependencia que se recuesta sólo en el consumo marginando la opción productora que potencia las existencias en relación.
La verdadera democracia es un mecanismo que canaliza toda la participación popular desde las bases hacia la cúspide y en todos los estamentos, aceitando una interrelación permanente de ideas, iniciativas, propuestas y acciones que se asimilan, recodifican y producen realidad a través de la ejecución gubernamental.
En ese proceso dinámico, donde todo el movimientos político, institucionalizado o no, se nutre de la diversidad participativa conducidos por liderazgos surgidos del impulso popular.
Tenemos que volver a preguntarnos ¿ cómo podemos vivir juntos? ¿Cómo podemos desarrollar nuestras potencias individuales y colectivas para un mejor vivir?¿cómo crear lugares para encuentros imprevistos en la diversidad natural de las existencias? ¿cómo cooperar más y competir menos?
¿Cómo reemplazar mercado por democracia?.
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