Democracia y sumisión

 

 

“La sumisión más salvaje no es la que irrumpe por medio de la fuerza, sino a través de la escandalosa elección popular y la pasividad de la costumbre”.

Étienne de La Boétie. 1548

¿será tan así? 

¿acaso terminamos eligiendo nuestros propios verdugos y explotadores? 

¿acaso es la costumbre que nos dice que siempre fue así?

 

Porqué apoyamos (y votamos) a nuestros propios verdugos?, a quienes nos oprimen con impuestos sobre nuestras rentas, nuestros cultivos, nuestros salarios?. Porqué está tan establecido como “normal” la dominación, sumisión  y explotación de unos pocos sobre grandes masas poblacionales?.  Porque aceptamos tan dócilmente todas las injusticias sobre nuestros cuerpos?.

Estas preguntas parecen no tener respuestas.

Ettiene de la Boitié, importante jurista francés y filósofo  se hizo estas preguntas  en el siglo XVI, precisamente en 1548 en un texto titulado “De la Servidumbre voluntaria”.

Me tomé la atribución de adaptar a pié de página, algunas ideas. 

Dice este olvidado autor:

  “Sin embargo, el que tanto os domina[1] no tiene más que dos ojos, dos manos y un cuerpo, todo lo que tiene hasta el último de los hombres que habitan el infinito número de nuestras ciudades, además de las ventajas que le proporcionáis para destruiros[2]. ¿De dónde hubiera sacado tantos ojos para espiaros si no se los hubierais dado vosotros? ¿De qué modo tendría tantas manos si no os las cogiera a vosotros? Los pies con los que recorre vuestras ciudades ¿acaso no son también los vuestros?[3] ¿Cómo llegaría a tener algún poder sobre vosotros si no fuera por vosotros mismos?[4] ¿Cómo osaría atacaros si no contara con vuestro acuerdo?[5] ¿Qué podría haceros si no encubrierais al ladrón que os roba, ni fuerais cómplices del asesino que os extermina o traidores a vosotros mismos? Sembráis vuestros campos a fin de que él los arrase, amuebláis y adornáis vuestras casas para abastecer sus saqueos…”[6]

Y expresa más adelante:

… alimentáis a vuestras hijas para que él tenga con quien saciar su lujuria[7], cuidáis de vuestros hijos para que en el mejor de los casos los lleve a sus guerras, los conduzca al matadero o bien los convierta en ministros de su codicia o en ejecutores de sus venganzas; os matáis de fatiga para que él pueda regodearse en sus riquezas y revolcarse en sus sucios y viles placeres[8]. Os debilitáis para que él sea más fuer t e y duro a fi n de manteneros a raya más fácilmente, y de tanta indignidad[9], que hasta los animales se avergonzarían de sufrirla de ser capaces de sentirla, podríais liberaros sin siquiera intentar hacerlo, simplemente queriendo hacerlo[10]. Decidíos, pues, a dejar de servir, y seréis hombres libres; no quiero que lo pulvericéis o le hagáis tambalear, sino simplemente que dejéis de sostenerlo y lo veréis, cual un gran coloso privado de la base que lo sostiene, desplomarse y romperse por su propio peso.[11]

 

 

 

 

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[1] El autor se refiere al Rey, pero nosotros lo podemos adaptar a la élite gobernante.

[2] Las ventajas serían sostener un sistema jurídico - legal que siempre beneficia a una minoría.

[3] Todos los actuales sistemas de vigilancia y control.

[4] ¿cómo? Apoyando todas sus iniciativas.

[5] nada.

[6] Demás está mencionar el ladrón que nos roba.

[7] Siempre es preciso adaptar a nuestros tiempos.

[8] Hacemos lo que podemos con nuestros hijos, pero sin educación es imposible librarse de las garras de la explotación en todas sus facetas. 

[9] No somos conscientes de que este perverso sistema nos extrae toda la fuerza vital y luego nos arroja al vacío con un jubilación miserable en el mejor de los casos.

[10] Esto es muy importante: es una herramienta que brinda el autor para combatir: salirse simplemente. Estar fuera.

[11] Propuesta de acción final.