SOBERANIA NACIONAL. TIEMPO CIRCULAR


 Soberanía del latín “super omnia” que significa “sobre todo”, o “poder supremo”. Por lo tanto, el soberano es el que está sobre todo, es decir el soberano es el Estado de la República Argentina. 

  El soberano está sobre todo: dominando, sometiendo y capturando. Relación asimétrica.

El concepto clásico de soberanía aparece indisolublemente vinculado en la historia de las ideas al nacimiento del Estado como delimitación territorial del poder político, aquella organización de la sociedad dentro de la cual el soberano se puede definir como quien detenta en última instancia el poder supremo, esto es, sin sujeción a ningún otro. Se es soberano entonces, dentro de una frontera y frente a otros Estados. La soberanía será así expuesta como una explicación y al mismo tiempo una justificación de las jerarquías sociales existentes, soberanía para justificar la reunión del poder.

El verdadero poder reposa escondido tras la máscara impuesta por el discurso de la legalidad, poniendo en su lugar derechos y obligaciones a los individuos. Mediante este mecanismo la situación del sujeto expuesto a la dominación es “dignificada”, haciendo de él un ciudadano y consolidando su posición en la sociedad (Foucault). 

Desde esta perspectiva, la teoría de la soberanía y con ella todo el conocimiento jurídico, no es otra cosa que un saber al servicio de la dominación que se ejerce en la “sociedad de control”(Deleuze). 

“El Estado es soberanía , pero esta solo reina sobre aquello que es capaz de interiorizar y apropiarse localmente. Por lo que no solo es una opción para el Estado, pues constituye una necesidad vital el hecho de capturar todo lo que esté fuera de sí, ya sea por medio del lenguaje —por medio del juego del reconocimiento y la falsa inclusión—, o la violencia misma —conquista, aniquilación, anulación”. (D&G)

Los que resisten a ser invadidos en 1845 en el combate de “la Vuelta de Obligado” - al mando del Coronel Lucio Mansilla y bajo la decisión política del entonces Gobernador “Hacendado” Rosas - resultan ser los herederos de los territorios usurpados por la colonización española. Eso significa que conocen la historia de sufrimiento y despojo a los habitantes originarios. En consecuencia, no quieren ser ellos ahora las víctimas de  las fuerzas colonialistas anglo-francesas que pretenden la libre navegación del Río Paraná  para auxiliar a Corrientes, provincia opositora del régimen de Rosas e insertar el libre comercio en la región.  

Ahora, la Soberanía entendida como un natural y legítimo derecho de  posesión y disposición absoluta de todos los territorios y sus habitantes dentro de la jurisdicción legal del Estado.  Pero antes esos territorios  fueron habitados por milenios en ambos márgenes del Río Paraná por los   pueblos  Chaná-Timbú  en el sur de Santa Fe, nordeste de Buenos Aires, y Entre Ríos. Divididos en varias etnias, (mocoretáes, calchines, quiloazas, corondas, timbúes, caracáes, chanáes, beguaés) , todos ellos  compartieron la misma base cultural.

EL TIEMPO CIRCULA, SIEMPRE CIRCULA

Esos PUEBLOS - NACIONES que proliferaban libremente fueron despojados de: 

  • todas sus posesiones ancestrales,

  • de todos sus territorios por medio de la violencia, 

  • fueron diezmados por las pestes europeas y 

  • colonizados por la espada y la cruz.  

TODO VUELVE SIEMPRE VUELVE

Jorge Luis Borges cita al pensador Bertrand Russell:

 "Muchos escritores opinan que la historia es cíclica, que el presente estado del mundo, con sus pormenores más ínfimos, tarde o temprano volverá...”

Y el 20 de noviembre de 1845 volvió.

La historia es circular.

Quizás un 20 de noviembre celebremos el regreso de los territorios a sus naturales soberanos.


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