Revolución ¿anticolonial?


 Oíd mortales el grito sagrado, 

Libertad, libertad, libertad. 

Oíd el ruido de rotas cadenas, 

Ver el trono a la noble igualdad. 

La canción patriótica sonó por primera vez en público  el 25 de mayo de 1813 en la plaza de la Victoria (hoy parte de la plaza de mayo).

En los preparativos de la fiesta, la gente que pasaba por ese lugar cotidianamente, es probable que oyeran la música sin percatarse del contenido de la letra.

Muchos esclavos, vendiendo, acarreando mercancías o acompañando a sus amos.  Resulta difícil imaginar que semejantes "odas a la libertad" hayan sido también para ellos una fútil  música de fondo; ¿ a que tipo de libertad se referían?. 

Se pregunta Magdalena Candioti: ¿ la sagrada libertad y la noble igualdad eran sólo versos interpretados en términos de emancipación política? O ¿ fueron capaces de abrir expectativas e inspirar demandas de libertad individual?

Toda la  retórica revolucionaria igualitaria y anti esclavista no quedó olvidada, al menos para los que sí padecían  todavía las cadenas de la esclavitud.  A fin del año 1813 los esclavos Joaquina y Francisco Estrada recurrieron a la justicia para pedir su libertad, Francisco escribió: 

"Nos acogimos al sistema generoso de la Patria, cantamos los himnos de la libertad, y uniendo nuestros deseos, nuestros corazones, con los santos sentimientos del sistema justo de la libertad, renunciamos para siempre [...] a ese gobierno duro, triste, desorganizado, que degrada a los hombres y que no permite que los que se llaman esclavos reclamen siquiera los derechos de humanidad"

Joaquina y Francisco habían abandonado a su amo peninsular y esperaban como recompensa que su libertad fuera reconocida por las nuevas autoridades como habían prometido. Los  jueces les dieron la espalda.  Creyeron que "la Patria" garantizaría su salida del cautiverio, pero murieron esclavizados, con la orden de mantener " perpetuo silencio " para no incomodar a su amo Vicente Echeverria.

El proceso revolucionario de Mayo y en toda la región del  Río de la Plata fue la continuidad de la gran rebelión popular en España contra la invasión francesa y el apoyo al liderazgo de Fernando VII, apresado por los franceses. 

La Revolución no significó, de ningún modo, la anímico abolición automática de la esclavitud afroamericana de más de 200.000 individuos, ni tampoco significó el fin de la opresión sobre las comunidades originarias.  Entender el proceso de la revolución de mayo, como una continuidad de la rebelión española, significa que romper radicalmente con España  no estaba en ningún espíritu de la época.  Distinto es la ruptura con la dependencia de un régimen monárquico absolutista y tirano.

En realidad, la situación de las poblaciones esclavas y explotadas continuaban suavizada por el discurso retórico metafórico de la revolución.  Aunque seguirán siendo de menor importancia. 

Tengamos en cuenta que los dirigentes de Mayo reivindicaban los derechos de las razas oprimidas, pero integrándolas a los derechos de los demás criollos y españoles residentes y no como expresión de cada una de las naciones originarias o africanas. También tengamos en cuenta que los "Hombres de Mayo" eran hijos de españoles y algunos educados largos años en España, incluso habían cumplido funciones en el gobierno español.  

Por lo tanto nunca fue una revolución separatista y antiespañola. Un ejemplo de ello es la incorporación de San Martín en 1812. 

La Revolución anti colonial nunca se dio.  Las formas coloniales de dominación imperialista aún persisten en nuestra vida cotidiana y en todos los modos institucionales. En nuestra cosmovisión. En nuestra como experiencia.


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