EL AGUA DE MENDOZA VALE MENOS QUE LA ETIQUETA

 

Basado en investigación periodística de Diario UNO y El Cronista

En Mendoza, el agua vale menos que la etiqueta que la envuelve. Literalmente.
Mientras una botella en góndola puede costar $1.200, las multinacionales que embotellan agua
mineral pagan exactamente eso... pero por mil litros. Si, mil. ¿Y quien lo permite? El mismo Estado
que se presenta como garante de lo publico, pero que cede sin chistar ante el poder del capital.
Nestle, Danone y otras marcas extraen agua de la tierra mendocina un recurso natural escaso en
una provincia árida y pagan cánones ridículos. El negocio es perfecto: agua publica, ganancia
privada, legislación dormida.
Desde 2017 existen proyectos de ley para implementar regalías hídricas, similares a las petroleras.
Pero en la Legislatura, los papeles se empolvan. Porque claro, tocar intereses poderosos siempre
resulta incomodo para una política que prefiere la siesta a la soberanía.
¿Y el pueblo? Bien, gracias. Se le exige "cuidar el recurso", se le predica sobre el valor del agua, se le recortan turnos de riego. Pero las embotelladoras siguen llenando bidones sin pagar lo que corresponde.
Estamos ante una democracia hídrica de baja intensidad. Una donde los mandatos populares valen menos que los acuerdos silenciosos con los directorios empresariales.
El agua es vida. Y esa vida no puede estar subsidiando negocios que se embotellan con etiquetas de "pureza" mientras se lucran con la impunidad.
Exijamos que el agua vuelva a ser lo que es: un bien común. Y no una mercancía disfrazada de transparencia.