La cooperación: la verdadera historia de la humanidad
🌍 La cooperación: la verdadera historia de la humanidad
Durante casi dos millones de años, los humanos sobrevivimos no por ser los más fuertes, sino por ayudarnos entre nosotros. Desde el Homo erectus, nuestros antepasados cooperaron para cazar, compartir comida, cuidar a los enfermos y proteger a los niños. Sin esa red de apoyo mutuo, nuestra especie jamás habría llegado hasta aquí.
La cooperación no es un acto moral, es una necesidad biológica.
Mientras el mito moderno repite que “el hombre es el lobo del hombre”, la historia nos muestra lo contrario:
el hombre es el apoyo del hombre.
🔥 El poder del “nosotros”
Cada vez que un grupo de Homo erectus encendía fuego, compartía conocimiento. Cada vez que un neandertal cuidaba a un anciano herido, nacía la empatía. La cooperación fue nuestra primera gran tecnología: permitió la supervivencia, pero también el arte, el lenguaje y la cultura.
🪶 Las sociedades que eligieron cooperar
El antropólogo francés Pierre Clastres estudió comunidades indígenas como los taíno, los iroqueses y los guaraní-tupí, y descubrió algo revolucionario:
- Eran pueblos sin Estado, pero no sin orden.
- Vivían en equilibrio, tomaban decisiones en grupo y rechazaban los gobiernos autoritarios.
- Sus líderes no mandaban: mediaban.
- El poder se distribuía, la tierra se compartía y la comunidad era el centro de la vida.
Como escribió Clastres en La sociedad contra el Estado, estas comunidades habían elegido la cooperación antes que la dominación. No eran sociedades “sin política”, sino sociedades contra el poder, donde la igualdad y la solidaridad eran decisiones conscientes.
“Las sociedades primitivas no son el estadio previo al Estado; son su negación activa.”
— Pierre Clastres
💰 Cooperar para vivir, no competir para sobrevivir
El capitalismo moderno nos enseña que la competencia mueve el mundo, que el éxito es individual y que debemos salvarnos solos. Pero eso es una ficción reciente en la historia humana.
La historia real —biológica, social y cultural— muestra que la humanidad floreció gracias a la cooperación. Las sociedades que sobreviven no son las que compiten mejor, sino las que se cuidan mejor. El egoísmo no fue la base de nuestra evolución, sino su amenaza constante.
🌱 Volver al origen
En tiempos de crisis, desigualdad y fragmentación, recordar nuestro origen cooperativo es un acto político y ético. No nacimos para competir: nacimos para compartir, cuidar y construir juntos. La solidaridad no es un ideal romántico: es una herencia genética y cultural que hizo posible la historia humana.
Si queremos un futuro más humano, tenemos que volver a ese origen. Porque, al final, la verdad es simple y poderosa:
📚 Fuentes inspiradoras
- Pierre Clastres – La sociedad contra el Estado (Les Éditions de Minuit, 1974)
- Smithsonian Institution – Shanidar 1 Fossil (humanorigins.si.edu)
- Michael Tomasello & Martin Nowak – The Evolution of Human Cooperation (Elsevier, 2019)
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